jueves, 6 de agosto de 2009

Desempolvando el traje de Opositor

Muy posiblemente en esta misma fecha el próximo año, la Concertación será nuevamente oposición, esta vez, a diferencia de los ochentas, bajo las normas de la democracia.
En dictadura ser oposición tiene nortes claros, al frente se encuentra el gobierno ilegítimo, el dictador, las cuatro paredes, la falta del voto popular que avale las medidas tomadas, un parlamento elegido, etc.
En esas circunstancias existe una suerte de solidaridad internacional, apoyo traducido en asilos, estudios, prensa y recursos para financiar la lucha. Los países desarrollados, ante la carencia de problemas propios, aportan importantes sumas a ONGs y partidos que canalizan esas platas a favor de causa común. Algo así sucedió a comienzo de los noventas con dineros que Alemania aportó a través del Banco de Estado para los retornados y que misteriosamente terminaron en bolsillos equivocados.

http://www.lacuarta.com/diario/2003/11/10/10.04.4a.CRO.DDHH.html
http://www.zonaimpacto.cl/192/la-tragedia-de-los-retornados-piden-condonar-deudas-con-bancoestado.html

En dictadura existían banderas de lucha claras e innegables: el retorno de la democracia, los derechos humanos, detenidos desaparecidos, tortura, libertad de prensa, etc.
Algunas de esas banderas luego de tener el poder fueron guardadas en un lugar seguro y reutilizadas cuando la ocasión lo ameritaba, hoy ya desteñidas no combinan con los trajes Armani y los autos de lujo.

En dictadura es fácil oponerse a las ideas del otro, se parte de la base que todo esta mal, que todo es herrado, pues proviene de un origen no legítimo… El dictador podría decir que se prohibiría el hilo curado, pero la contraparte diría “no dejaremos que la dictadura atropelle y haga desaparecer nuestras tradiciones”… recordé una frase de Pinochet al comienzo de los ochentas "De cada siete chilenos, uno tendrá automóvil; de cada cinco, uno tendrá televisor, y de cada siete, uno dispondrá de teléfono"… y también que fue ridiculizada a más no poder…. Las ironías de la vida hacen que hoy existan más teléfonos que chilenos y que el automóvil reine en las ciudades.

En democracia en cambio las banderas de lucha son más difusas, banderillas con suerte, las reglas del juego son claras y el rayado de la cancha más o menos estable. Buscar puntos de conflicto entre grupos cada vez más homogéneos es cada vez más complicado. Se debe sumar a ellos la disgregación que se producirá en el bloque, el cual ahora esta unido más que nada con la repartija del poder.

El tejado de vidrio en diversos temas hará que los argumentos opositores pierdan peso, difícil será por ejemplo que los partidos de la Concertación critiquen al nuevo gobierno en temas como transporte o salud, considerando el pésimo trabajo hecho hasta la fecha.

Considerando estos puntos creo que una de las banderas de lucha será por ejemplo el tema Mapuche, no será muy difícil que veamos a los Girardi o los Escalonas marchando bajo banderas multicolores, vociferando en contra del ultraje a los pueblos originarios.

La Concertación o lo quede de ella deberá por primera vez aprender a ser oposición en democracia y a no contar con toda la maquinaria de gobierno que avale sus prácticas. Su única forma de retomar el poder será generando conflicto, exacerbando disputas, levantando muertos y cruzando los dedos para que un nuevo dictador aparezca en el horizonte.



Albert Rize

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