sábado, 18 de julio de 2009

GRACIAS POR EL CHOCOLATE (MERCI POUR LE CHOCOLAT)


Titulo: Merci Pour le chocolate (Gracias por el chocolate)
Dirección: Claude Chabrol.Países: Francia / Suiza.Interpretación: Isabelle Huppert (Marie-Claire "Mika" Muller), Jacques Dutronc (André Polonski), Anna Mouglalis (Jeanne Pollet), Rodolphe Pauly (Guillaume Polonski), Brigitte Catillon (Louise Pollet), Michel Robin (Dufreigne), Mathieu Simonet (Axel).Guión: Claude Chabrol y Caroline Eliacheff; basado en la novela de Charlotte Armstrong.Producción: Marin Karmitz.Música: Matthieu Chabrol.Fotografía: Renato Berta.Montaje: Monique Fardoulis.Dirección artística: Ivan Niclass.Vestuario: Elisabeth Tavernier.Dirección de producción: Yvon Crenn y Francine Lusser.
Idioma: Francés
Género: Drama
Duración: 99 min.
Año: 2000

Mika Muller (Isabelle Huppert), Directora General de Chocolates Muller, es una mujer, bajo una apariencia encantadora y delicada, acostumbrada a controlar a todos los que están a su alrededor. Vive en Suiza con su marido, un prestigioso pianista llamado André Polonski (Jacques Dutronc), y con el hijo de éste, Guillaume. La madre de Guillaume, Lisbeth, murió en un accidente de tráfico estando André y ella de paso por Suiza, en casa de Mika. Jeanne Pollet (Anna Mouglalis) es una joven pianista que se está preparando para entrar en el Conservatorio de Budapest. Un día descubre que al nacer estuvo a punto de ser intercambiada en el hospital por Guillaume. En busca de sus orígenes y de un maestro, Jeanne decide visitar a André Polonski. Al principio la reciben con recelo, pero más tarde André se siente atraído por su vocación musical, que tanto echa en falta en su hijo, y accede a prepararla para el examen. Mika ve en Jeanne una amenaza a la estabilidad familiar, basado en la novela "The chocolat Cobweb" de Charlotte Armstrong

Claude Chabrol (París 1930), además de ser guionista, tuvo su primer acercamiento al mundo del cine fue a través de la revista Les Cahiers Du Cinéma, dirigida por André Bazin que participó como colaborador y crítico, constituyéndose además como uno de los fundadores hacia fines de la década del 50 del movimiento del Nouvelle vague (nueva ola francesa), junto con otros notables directores, entre su filmografía se pueden mencionar: “Una doble vida” (1958), “A double tour” (1959), “los 7 pecados capitales” (1962),” pollo al vinagre” (1985), “la ceremonia” (1995) y “no va más” (1997)

Como actor tiene rol en las siguientes películas Je hais les acteurs (1986) y L' Ëté en pente douce (1987) ambas del Director Gérard Krawczyk

Esta película es muy típico en la forma y estilo narrativo del Director, en especial por su original forma de contar la trama, como se proyecta el desenlace de la película, por sus particularidades obsesiones donde se presentan claramente los conceptos morales, el bien y el mal, la influencia de la propia conducta del ser humano en los otros; los protagonistas son “respetables” seres de clase media o burguesía, por último está ambientado en pequeños villorrios o poblados de las ciudades, esté transcurre en Suiza..

La elegancia de las imágenes, acompañadas esta vez por las melodías del piano (la imaginación vuela a raudales), procurando que las escenas sean de una enorme belleza, destacando a creadores como Liszt, Chopin, Bach, por mencionar a algunos. Si bien la trama es de un caso policiaco, ni siquiera aparece un policía dirigiendo el tránsito, Chabrol, pareciera no contar absolutamente nada, o mejor dicho sería decir que no dice nada, lo que no implica que la película transcurra lentamente o sea tedioso para el espectador.

Si bien el desenlace es esperado, apreciación personal, por la conversación que se da entre la joven y el hijo del pianista, bajo un árbol en la casa de éste, el final es inolvidable (más por la forma que el fondo), clausurando esta, lúcida y profunda película, sin profundizar en los fantasmas de la protagonista: un primer plano del rostro de Mika sostenido a la derecha de la pantalla mientras a la izquierda (en una utilización magnifica de la pantalla ancha) pasan los letreros finales, Cuando han acabado Mika, se deja caer en actitud fetal sobre el sofá. Es una vuelta al vientre maternal, a la búsqueda del cariño que nunca tuvo y que no dio tampoco, acariciando la manta a crochet, simbolizando el urdido de sus tramas criminales, esta manera de urdir sus planes me recordó los personajes maquiavélicos de la novela “Berlín Alexander Platz” de Alfred Doblin, llevado magistralmente como serie televisiva por Rainer Fassbinder.
JAIME ANEIVA

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