Me encuentro con los amigos de siempre en la mesa de siempre, nueva vida, abstinencia de la mano de una Coca Light con hielo. El motivo: uno de los camaradas llega de su viaje por New Zeland, conversación adhoc y entrega de souvenires. A pesar de estar el 99% del tiempo en la isla aquella y unos días en Australia, el regalo es un boomerang australiano con canguros finamente serigrafiados imitando la técnica esa de los aborígenes que utiliza puntos de colores, claras instrucciones en inglés y la teoría de cada uno de cómo se lanza el artefacto ese.
Lindo regalo, pero como mierda me lo llevo, pienso en un segundo…. Caminar en la noche con un boomerang en la mano no es algo fácil de explicar y las tallas estilo “donde se te quedó el canguro” o huevadas similares van de la mano. Intento meterlo en la parte de atrás de mi pantalón, pero parece que tengo un colgador de ropa metido en el poto, intento ponerlo adelante pero asemeja una erección de aquellas… finalmente lo pongo en la parte interna de mi brazo, dibujando con el codo la curva tan característica.
Salgo del bar y apenas doblo en la esquina siento los gritos y el llanto de una mujer, pasos más adelante una pareja de “enamorados” discuten en la vereda, él cariñosamente aprieta su cuello con el brazo y ella finamente trata de no asfixiarse… “pero suéltame Pablo” con la voz un tanto ahogada le dice… él “¿veí lo que lograi?”, haciéndola responsable a ella de tal primitiva escena. Por lo demás, la dinámica que marca a estas parejas. Me quedo parado y pienso en intervenir…. Como hacerlo es el tema…. Un buen combo en pleno hocico con todas mis fuerza, de manera de dar por finalizada la pelea rápido y evitar llevarme algún ojo morado o diente menos… en seguida recuerdo casos donde al actuar así es la mujer quién con dientes y uñas defiende a su hombre… pienso en que pareceré defendiendo a esta fémina en peligro con un boomerang en la mano, una especie de Cocodrilo Dundee viñamarino. Intento marcar el 133 pero una grabación me indica que esos momentos están atendiendo una pitanza urgente. Afortunadamente veo en la esquina una patrulla de Carabineros que intenta doblar, corro y antes de llegar a ellos me paro en frente del auto con los brazos abiertos, los pacos me miran desconcertados al gesticular con mi boomerang, “que le pasa a este hueón?” deben pensar. Luego les explico y en un segundo y al mejor estilo Policías en Acción intervienen salvando a la mina antes de que termine el segundo round.
Sigo caminando a mi casa un tanto agotado emocionalmente, sólo he recorrido una cuadra y ya ha sido todo un cuento… quiero llegar luego a mi casa, pero antes debo pasar frente a la botillería que siempre esta llena de mendipunks macheteando y frente al café “open mind” un antro de tipos finos…. Llegó a la esquina de Marina con Von Scroeders y ya prácticamente en casa más relajado miro hacia el puente Casino y veo que viene caminando un tipo con una chaqueta corta hasta la cintura, con un paso calmado un tanto aristocrático, viste calcetines de hilo, zapatos brillantes y en calzoncillos!….¿un asalto? No cuadra, viene muy tranquilo. Saca de su bolsillo un cigarro, lo prende y como si fuese la cosa más normal del mundo y se para a esperar la micro….
Y yo, preocupado por un boomerang!
Puras huevadas.
domingo, 24 de mayo de 2009
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Increible esta moda de los calzoncillos con bolsillos....adquiriré uno de esos...
ResponderEliminar"caminando un tipo con una chaqueta corta hasta la cintura"...
ResponderEliminarlas chaquetas tiene bolsillos.
en todo caso la historia fue testeada entre niños de 4 años y todos la cacharon sin problemas.
A , o sea, se dio toda la paja de hurgar en la chaqueta, lo cual hubiera demorado un par de minutos e interrumpido su "sereno caminar".
ResponderEliminarchilenitos inverosímiles...y dicen que nosotros exageramos...